ALEMANIA  

26.10.2018
Die Bremer Stadtmusikanten"
Die Bremer Stadtmusikanten"

Donde las cosas funcionan, no todo es cerveza y nacional socialismo... 

La sensación más especial, es cuando estas en el país que soñaste desde siempre conocer.

Toda mi vida tuve una fascinación con Alemania, su selección de fútbol, su gente, su historia tan nutrida y una admiración por ser la potencia que es, pese a toda adversidad.

Mi ciudad favorita era Bremen al norte del país, donde se encuentra una estatua muy particular, los trotamusicos para mí (según los dibujos animados Españoles) más bien los "Die Bremer Stadtmusikanten" de un cuento de los hermanos Grim, el burro, el perro, el gato y el gallo que se conocen huyendo de sus dueños que querían matarlos por ser animales viejos, deciden viajar a Bremen por ser una ciudad amable con los extranjeros, pero en el camino se encuentran con bandidos que corren despavoridos cuando estos se montan uno sobre otro, hacen un ruido y quiebran todos los vidrios de la casa donde estaban, luego celebran tocando varios instrumentos acompañado de un gran banquete, dice la leyenda que nunca llegaron a Bremen y el pueblo vecino reclama hasta el día de hoy, que los músicos deberían ser de ahí.

Me desvié y quiero ir en orden, debe ser la emoción de recordar, comencé mi viaje en Berlín, lo que más recuerdo es bajar del avión y sentir que me faltaba el aire, de no creer que estaba ahí.

La primera parada fue Bernauer Straße, por esta calle pasaba el muro de Berlín, colindando en muchas partes con edificios, por los cuales sus ventanas y puertas sirvieron como escape de una Alemania a otra, claro, para los que sobrevivieron, ya que muchos murieron en el intento, esto ocurrió en la época del muro con alambrada, antes de edificar el muro de concreto.

Me hospede en esa calle, quería sentir que fue vivir ahí, mirar por la ventana y ver una realidad totalmente diferente, existe un muro simbólico con postes y una especie de museo callejero, que te cuenta la historia.

Continúe hacia Checkpoint Charlie (Gracias al metro que te conecta con toda la ciudad, se paga una tarjeta que jamás valide, ya que no existe torniquetes, el metro es de acceso libre, dicen que hay inspectores que te la pueden pedir, nunca me ocurrió) bueno, este lugar era el punto fronterizo entre la RDA y la RFA, donde en la actualidad timbran tu pasaporte con sellos como en la época, con actores caracterizados como oficiales de la policía, existe también un museo.

Avanzas unas cuadras y esta la topografía del terror, que es un centro moderno que relata los horrores del nazismo, con el muro de Berlín original sin ninguna intervención.

Si te gusta caminar puedes seguir hasta donde vivía Adolf Hitler, donde encontraras solo un pequeño letrero indicando que ahí estaba su casa, que fue demolida y actualmente utilizada como estacionamiento de autos.

Continuas y te encuentras con el monumento a los judíos asesinados, a una cuadra de ahí la puerta de Brandeburgo, lugar actual de celebraciones que recomiendo ver de día y de noche es más bella aun.

Está el East Side Gallery que es una galería al aire libre de más de 1 kilómetro del muro de Berlín con obras de arte a las orillas del rió Spree, además en este existe un puente emblemático el Oberbaum que es una postal imperdible.

A Berlín debes ir por varios días, ya que hay tanto que ver, su catedral es enorme, puedes subir hasta su cúpula y visitar su cripta, cerca está la torre de telecomunicaciones la cual te da una vista impresionante de la ciudad previo pago obviamente.

El museo de la DDR o RDA, el acuario y el Aquadom que es un acuario de cuatro pisos, por el cual, tú subes por el medio en ascensor de vidrio y puedes observar todos los peces que se encuentran en el interior, con una guía en alemán e inglés, el edificio Reichstag, Alexanderplatz, museo histórico alemán, si tienes tiempo a unos 70 kilómetros de la ciudad está el campo de concentración Sachsenhausen con visita guiada.

Si tienes suerte o más bien lo planeas como yo, ver un partido de la selección alemana, con el país que sea, es como estar en la final de un mundial, esto en el estadio olímpico.

Donde sea que vayas encontraras mucha historia, una rica cerveza, pero no tan buena comida, lo que prioriza es la comida árabe.

Continúo con Bremen, que lo deje en pausa.

Empecé con su pueblito típico Schnoor, es como estar en un cuento de hadas, como siempre imagine seria este lugar, casas típicas alemanas, calles con adoquines, con tiendas de recuerdos, dulcerías y muchas leyendas, un lugar medieval, del cual te alejas unas cuadras y ves la modernidad de la ciudad.

También la Böttcherstraße, que es una calle del centro histórico, famosa por su inusual arquitectura y antes de eso la cervecería Beck.

En la plaza del mercado de Bremen, puedes encontrar lugares espectaculares como su catedral, que en un pequeño rincón quienes la construyeron, esculpieron un pequeño ratón, como descontento al trato y la paga, debes ir con alguien que conozca o jamás lo encontraras.

El ayuntamiento, la estatua de Rolando que son patrimonios de la Unesco, Según la leyenda, la ciudad de Bremen permanecerá libre e independiente mientras la estatua de Rolando esté en pie. Por esta razón existe una copia exacta de la estatua en los sótanos del ayuntamiento, nada de inteligentes los alemanes, también existe visita guiada en alemán e inglés por este lugar.

Después de tanta caminata puedes visitar una de las tantas cervecerías artesanales, yo recomiendo la cerveza Schuettinger y comer su pastel de almendras, para los fanáticos del fútbol puedes visitar el museo y tienda de recuerdos del WERDER BREMEN el mejor equipo del mundo (según mi corazón) por dos euros, y si quieres visitar el estadio puedes encontrar visita guiada gratis.

Para los niños existe un museo como el MIM llamado Universum, comer Currywurt, salchicha típica que viene trozada con salsa de tomates y curry acompañadas de papas fritas.

Como dato al igual que la fontana di Trevi debes tirar tres monedas para volver, en Bremen debes tocar las patas delanteras de la estatua del burro.

Como anécdota lo mejor fue encontrar otro chileno feliz de escuchar la frase "puta la cabra chica casi me atropella" dicho por un alemán amigo que vivió en Chile y fue nuestro guía.

Es un lugar imperdible, una ciudad mágica y la disfrutas más en la mejor compañía.


Dedicado al mejor padre del mundo, al cual prometí llegaría a este lugar.

Espero estuvieras conmigo. 

La Rucia.

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