Crónica que aún se escribe...
...no fue una mentira, era la más linda que había visto...

Había sido un día sin aventuras, una tarde normal un veintisiete de diciembre de algún año... sucedió lo que quieres creer en las novelas, si es verdad, puedes encontrar al amor de tu vida comprando pan, tomando un café en algún sitio, en el trabajo o en alguna fiesta, puedes creer, nos encontramos en un chat de la gran Internet, donde hay millones de personas locas y gente del estilo que te puedes imaginar y nosotros... dentro de lo cotidiano sin más que hacer estaba navegando por estos chat con mi seudónimo muy imponente, yo era el grandioso "Iron man" y ella era "Metalera" (siempre ha dicho que su seudónimo no era este pero yo lo recuerdo bien), ella me escribió, sorprendido respondí de inmediato, e intercambiamos windows live messenger, si msn no ha pasado tanto tiempo de que se usaba ¿o sí?, bueno, sin darnos cuenta estuvimos más de cinco horas conversando, pues pregunte una de esas típicas ¿te conectas todos los días? Y ¿a qué hora más o menos?... su respuesta fue: sí, todos los días, más o menos entre las ocho de la tarde y diez de la noche, pues trabajo y me levanto muy temprano... y ¿en que trabajas? pregunte inocentemente, trabajo en un matadero descuartizando animales, ahí ya me dio miedo, pensé que haría lo mismo conmigo... bueno, me explicó que su trabajo consistía en inspeccionar carnes y dar la aprobación para el consumo humano... ahí la suavizo un poco... hasta ese momento solo era un simple chat.
Perdón que poco educado soy me presento, soy un cabro re piola, me gusta la buena comida, el buen trago (el malo también, para que le vamos hacer la desconocida a las "baltilocas", esas que por quinientos te daban un litro y venía con un maní de regalo), me gusta pasarlo bien, estar con amigos y familia... ese tipo de cosas que hace toda la gente, en general un tipo normal como cualquier otro... en ese entonces con dieciocho años recién cumplidos, saliendo del colegio, con PSU recién rendida esperando resultados, (hablando por chat con alguien desconocida, que descuartiza animales y trabajaba para un gran entidad del gobierno. Si... a mí tampoco me calza) de un pueblo que lo llaman "el pueblo fantasma" a más o menos a cien kilómetros al sur de Santiago.
Retomando, pasaron más o menos tres días, la verdad no soy muy de computador ni redes sociales, mala idea no conectarme, ya que al iniciar sesión suena el tono del magnífico msn ese cuando llegaban los mensajes de ese tiempo con zumbido y todo eso, (¿lo escucharon?, seguro les trajo más de algún recuerdo), y si era ella, que me dejo mensajes estos días, comenzó amable, el primer día diciendo "Hola!... Como estas?", al otro día un "hola... hola... estas??", y ya al tercer día, decía: "oye! Y tú me preguntaste las horas que me conectaba, para tu no conectarte a esta hora?" Fue el primer reto que me lleve, pero si!! Para mí fue el más dulce, no hice nada más que responder con un "jajaja :) aquí estoy!!".
De pronto planeamos encontrarnos y conocernos, mmm la verdad ella lo planeo como el resto de cosas de ahí en adelante, (pues eso me encanta de ella, es muy entretenida divertida y aunque no lo crean, si, es muy dulce), yo tenía temor ,pues ¡Descuartizaba animales!. En su foto de perfil, era una linda niña, fina, alta, rubia, blanca, esas que llaman la atención, entonces me imaginaba que todo era un fraude, pensé era un viejo violador de niños inocentes del campo, pues no creía que algo tan maravilloso me estuviera sucediendo. Ya después de no poder postergar más nuestro encuentro, llego el día, ocho de enero de otro año. Pues nos encontraríamos en Estación Central ya que mi bus llegaba ahí. Hora del encuentro: diez de la mañana... para que vamos a contar que las princesas se hacen esperar... ¡llego dos horas más tarde!... para mi sorpresa, no fue una mentira, era la más linda que había visto, no estoy exagerando. (Aunque no soy tan exigente).
Desde ese gran día sábado ocho de enero, de algún año, nos encontrábamos todos los fines de semana, y nuestros momentos juntos eran mágicos, pasaban como un parpadeo, en donde la despedida y subida al bus de regreso a casa, me dejaba con nostalgia, pues ya la extrañaba, lo único que esperaba era que los días siguientes pasaran rápido para estar juntos nuevamente...
anónimo