Mi tata fue mi héroe desde pequeño.
Pero no es así, en mi vida se paralizó..
Este espacio lo vi justo en el momento adecuado, justo cuando necesitaba un espacio para un desahogo.
Crecí en una familia donde la imagen de "hombría y dueño de casa" era fuertísimo. Mi familia es enorme 12 tíos, aproximadamente 60 primos y no recuerdo que más, solo se que somos 101 en total, conozco unos pocos, otros que son mis yuntas y otros no tanto, pero se que están.
Mi tata fue mi héroe desde pequeño, me llevaba a sus bosques donde talaba leña para venderla, por cierto oficio que aprendió mi papá. Era un personaje mi abuelo, conocido en Paine, famoso por el festival de la sandía y todo un famoso, cosa que nos engrandecía como familia.
Siempre estuvo ahí, dándonos dulces, emocionándose con nuestros logros y con los de sus hijos, era de apretar los cachetes y dar coscorrones en señal de cariño, quizás la gente antigua era toda así, pero yo lo veía tan lindo. Vuelvo a insistir que siempre estuvo ahí, que lo veíamos a diario y sin darnos cuenta y ahora habían pasado los años sobre él, lo que también consigo acarreo enfermedades que no le tomamos importancia. Un día mi viejo roble y héroe se sintió mal, sin darnos cuenta se nos fue, nos dejo haciéndonos tantas preguntas... nunca había perdido a alguien tan cercano, sufrí su partida, tal como hasta ahora, pero, ¿saben que? Siempre pensé que el mundo se paralizaba si algo así sucedía, que nada seguía su curso normal y que en algún momento no se podía avanzar, pero ¡no es así!, en mi vida se paralizó una parte que quedó estancada recordando cada momento, cada palabra de antaño, pero para los demás no lo sé.
Quería contar esto, porque quiero que quede plasmado de ahora en adelante todo lo que pienso de mi vida y la de mi familia, quizás mañana no estemos y a veces por cobardía no alcanzamos a decir cosas, que sentimos en el más fondo del corazón.
Mi vida sigue y pensando en ver en algún momento al tata y poder decirle todo lo que no quise o no alcance, porque siempre estuviste ahí... y no lo logre divisar.
Escrito por Alejandro